Laura Franco, Gestora de equipos de alto rendimiento en Ingtec Especialidades
Es un término que se utiliza principalmente en escenarios organizacionales o deportivos. Pero, el significado trasciende. Es importante poner en contexto todos los componentes que reúne el término, más allá del escenario donde se desempeñe una persona de alto rendimiento.
La integralidad de las personas hace referencia a los diferentes aspectos en nuestras vidas y que se pretende encontrar un equilibrio entre estos aspectos: personal, familiar, económico, académico, profesional, laboral, social, etc. Precisamente al construir una persona de alto rendimiento, es necesario tener en cuenta cada uno de estos aspectos, que permiten vivir experiencias y que mientras se trabaje en equilibrarlos, va a reflejar bienestar en las personas.
Buscar el equilibrio en tantos componentes, puede sonar difícil, pero, hay una herramienta fundamental para lograrlo: los hábitos. Estas son acciones precisas y poderosas que se realizan todos los días, al punto de automatizarlas y que te sumergen en un estilo de vida superior.
Existen algunos componentes claves a la hora de instaurar los hábitos, y desde nuestra organización lo denominamos como Pilares (te invito a ampliar esta información en la pestaña “Todo sobre nosotros”), que son el fundamento para construir y actuar de manera coherente como persona de alto rendimiento. Te sugiero algunas categorías poderosas que te garantizan impulsarte a ser una Persona de Alto Rendimiento:
En el orden de las acciones, se comienza con un ejercicio de introspección, donde se hace una evaluación de sí mismo, te haces consciente y eliges transformarte paso a paso. Cuando elaboras una nueva configuración de ti mismo como persona, cambia absolutamente todo tu contexto. El error está en esperar que el contexto cambie para que obtengas beneficios, porque estar en esta posición, jamás te moverá de tu zona de confort, no te transformas, no evolucionas. Centra tu atención en disfrutar cada etapa del proceso de transformación, sin forzar el resultado.
Los seres humanos todo el tiempo estamos cambiando, estamos evolucionando, y la clave es enfocarnos en todo lo que nos representa un crecimiento. Cuando se alcanzan las metas propuestas, cobra sentido elevar el nivel, haciendo que las metas sean cada vez más retadoras, y descubrirnos como seres con un potencial infinito.
En nuestra organización, el recurso humano juega un papel fundamental, puesto que de las personas es desde donde se genera mayor valor como punto de partida ante los desafíos de la organización. Incentivar a las Personas de Alto Rendimiento, nuestros colaboradores, a que puedan potencializar todos sus recursos, otorgarles la confianza, creer en sus capacidades, tiene una consecuencia fundamental que es el Empoderamiento. Los colaboradores empoderados de su rol, a su vez tiene una consecuencia positiva que es aumentar la capacidad de “hacer goles” que contribuyen a la organización. Este debe de ser el orden; sería un desacierto pensar que primero se deben de forzar a cumplir los objetivos para después retribuir a las personas.
En conclusión, la clave es buscar la transformación de la persona, involucrar, participar e inspirar a formarnos como personas de alto rendimiento nosotros mismos y contagiar a nuestro equipo de trabajo. Así se construyen equipos que hacen sinergia y que se conectan con un mismo propósito, acertando en el cumplimiento de logros.
La invitación finalmente es a realizar acciones que te transformen, siendo la mejor versión de ti mismo cada día.